KATIE HILL Y ARIN ANDREWS: LOS NOVIOS DEL CAMBIO DE SEXO

Para el observador casual, esta joven pareja se parecen a cualquier otra, pero Katie Hill y su novio Arin Andrews comparten un vínculo único: ambos nacieron con el sexo opuesto al que tienen ahora.
Katie, de 18 años , pasó sus primeros 15 como Lucas, hijo de un coronel de la Marina, mientras que Arin, de 16 años, nació como una niña bajo el nombre de Esmeralda, destacada en ballet y ganóadora de concursos de belleza.
Ambos tuvieron problemas con su sexualidad durante toda su infancia y soportaron burlas y acosas, pero su vida cambiò  cuando ambos comenzaron una terapia hormonal y más tarde se reunieron en un grupo de apoyo trans en Tulsa, Oklahoma, y ​​al instante se enamoraron.

Katie lo cuenta así: "Todo lo que vi fue un chico guapo. Somos el uno para el otro, porque ambos teníamos los mismos problemas, e incluso somos la misma talla, por lo que podemos incluso intercambiar nuestras ropas viejas".
"Nos sentimos muy bien al respecto y es nuestro secreto, pues nadie se dá cuenta ahora, y es la forma en que siempre hemos querido ser vistos".

Arin, quien es estudiante de secundaria, todavía está bajo tratamiento de inyecciones de testosterona para darle la forma más masculina que ha anhelado toda su vida, mientras  Katie, que asiste a una escuela de post grado,  ha terminado su tratamiento con  hormonas femeninas que le ayudó a desarrollar pechos naturales sin implantes de silicona.
Un donante anónimo que se sintió conmovido por su historia donó 40.000 dólares para que se le pueda realizar una  cirugía de reasignación de género cuatro días después de su cumpleaños número 18 el 16 de mayo de 2012. 

Katie siempre sintió y pensó como una mujer aunque lo guardaba en secreto, pero sólo quería jugar con muñecas, mientras la madre de Arin, Denise, lo animaba a participar, mientras era mujer, en desfiles de moda y ballet femenino, pero paralelamente seguía sus propias vocaciones con su padre Mitch: motocross y triatlones de montaña, hasta que su madre, a los once años, se dió por vencida, aunque aún la familia no ha logrado juntar los seis mil dólares necesario para practicarle una cirugía de mamas.

La pareja está difundiendo su  experiencia para ayudar a crear conciencia sobre cuestiones relativas al transgénero, y que otras personas como ellos no se sientan tan solos, desesperados, segregados  y desinformados.